En este caso el último especial de Halloween, adaptaciones literarias de Los Simpsons elegí a El gato ensombrerado de Dr. Seuss. No es del género de terror pero es un cuento infantil con rimas que no tiene desperdicio. Por lo menos, a mi me encantó. Espero que les guste!
Todo estaba mojado
y el sol sin alumbrar.
Nos quedamos en casa
sin salir a jugar.
Me senté allí con Sara,
los dos viendo llover.
Dije: -¡Cuánto quisiera
tener algo que hacer!
Muy lluvioso y muy frío,
¡Olvida la pelota!
Nos quedamos en casa
viendo caer las gotas.
Y todo lo que hicimos
fue estar ahí sentados
mirando la ventana
aburridos y hastiados.
se oyó un ruido
que nos hizo brincar!
¡Miramos
y lo vimos justo cuando iba a entrar!
¡Miramos
y lo vimos!
¡El Gato Ensombrerado!
Y él nos miró y nos dijo:
-¿Qué hacen ahí sentados?
-Ya sé que está lloviendo
y que el sol no ha salido.
Vamos a entretenernos
con algo divertido.
-Conozco algunos juegos
que podemos probar.
También sé nuevos trucos
-añadió sin parar-.
Muchos trucos muy buenos
que les voy a enseñar,
y sé que su mamá
no se va a disgustar.
Sara y yo no supimos
entonces qué decir.
Mamá no estaba en casa,
pues tuvo que salir.
-¡No! -dijo nuestro pez-.
Se tendrá que marchar.
Díganle a ese gato
que NO quieren jugar.
No debe estar aquí,
ni muy cerca siquiera.
No debe estar aquí
si su mamá está fuera.
-¡Vamos, no teman! -dijo
el Gato Ensombrerado-.
No son malos los trucos
que tengo preparados.
Podemos divertirnos
muchisimo los tres
con un juego que llamo
¡ARRIBA-ARRIBA-EL-PEZ!
-¡Bájame! -dijo el pez-.
¡Que no quiero caerme!
¡Bájame! -dijo el pez-.
¡Esto NO me divierte!
-No te vas a caer.
No temas -dijo el gato-.
Parado en la pelota
te sostendré bien alto.
¡La taza en el sombrero
y un libro en una mano!
Pero eso no es TODO...
-siguió diciendo el gato.
-¡Mirenme ahora! -dijo-.
¡Miren aquí primero:
la taza y un pastel
encima del sombrero!
¡Puedo cargar DOS libros!
¡Puedo subir el pez!
¡Y un barquito y un plato!
¡Miren, todo a la vez!
Y brincar en la bola.
Si, saltar de este modo.
¡Arriba, abajo, arriba!
¡Oh, no!
Eso no es todo...
-¡Miren,
mírenme AHORA!
Divertirse a mi modo
es muy entretenido,
mas deben saber cómo.
¡Puedo subir la taza,
puedo cargar los libros,
la leche y el pastel
y el pez en un rastrillo!
¡El barco de juguete,
también un muñequito!
Y, miren, con mi cola
agarro el abanico.
¡Mientras brinco en la bola,
con él me echo fresquito!
Pero eso no es todo,
¡Oh, no!
Eso no es todo.
Es lo que dijo el gato...
¡Y entonces se cayó!
Se cayó de cabeza
y se hizo un chichón.
¡Sara y yo juntos vimos
TODO lo que cayó!
¡Y así en una tetera
el pobre pez cayó
-No me gusta esto -dijo-.
¡No y no! ¡Claro que no!
Esto no es un buen juego
-dijo cuando salió-.
Ni un poquito me gusta.
No, no. ¡Claro que no!
-¡Ay, mira lo que hiciste!
-le dijo el pez al gato-.
¡Mira bien esta casa!
¡Mira por cualquier lado!
¡Dentro, en el pastel,
hundiste aquel barquito!
Revolviste la casa
y doblaste el rastrillo.
Cuando mamá no está
DEBES quedarte fuera.
¡Sal de la casa! -dijo
el pez en la tetera.
-Me gusta estar aquí
más que estar solo fuera
-dijo entonces el gato
al pez el tetera-.
Yo NO me quiero ir.
¡Por eso NO me iré!
Así es que...
¡Ahora voy a mostrarles
un juego que yo sé!
Sin más salió corriendo.
Veloz, como un león,
el Gato Ensombrerado
volvió con un cajón.
Un cajón grande y rojo
con un gancho, cerrado.
-¡Miren el truco! -dijo
el Gato Ensombrerado.
Se subió sobre él,
saludó y habló luego:
-EL-CAJÓN-DIVERTIDO
es el nombre del juego.
En la caja hay dos cosas
que les voy a mostrar.
-Y en voz muy baja dijo-:
Las dos les gustarán.
-Ahora abriré la caja.
Miren con atención.
Dos cosas que se llaman
Cosa Uno y Cosa Dos.
Las dos Cosas no muerden,
no habrá problema alguno.
¡Y de la caja salieron
Cosa Dos y Cosa Uno!
-¿Qué tal? -las dos dijeron
con una sola voz-.
¿Querrán darles una mano
a Cosa Uno y Cosa Dos?
No sabiendo qué hacer
mi hermana Sara y yo,
les dimos nuestra mano
a Cosa Uno y Cosa Dos.
Estrechamos sus manos,
pero el pez dijo: -¡No!
¡Las cosas deben irse
de esta casa! ¡Las dos!
-No se pueden quedar
si su mamá está fuera.
¡Pronto, sáquenlas! -dijo
el pez en la tetera.
-No temas, pececito,
las Cosas buenas son
-entonces habló el gato
con toda la razón-.
Son mansas. ¡Oh, tan mansas!
Y vienen a jugar.
En este día lluvioso
nos vienen a alegrar.
-Miren, este es un juego
que les gusta jugar.
Les gustan las cometas
y echarlas a volar.
-¡En la casa, no! -dijo
el pez en la tetera-.
¡No, dentro de las casas
no se vuelan las cometas!
¡Oh, no, esto no me gusta!
¡Todo se romperá!
¡No me gusta nadita!
¡Todo un lío se hará!
Sara y yo entonces vimos
a Cosas Uno y Dos
corriendo por la casa.
¡Pam! ¡Pum! ¡Pam! ¡Pam! ¡Pum! ¡Pom!
¡Las cometas tiraban
todo a su alrededor!
¡Corrían de un lado a otro
Cosa Uno y Cosa Dos!
¡Y así, de una cometa,
un traje se enganchó!
El traje de lunares
que le gusta a mamá.
Vimos la otra cometa
contra la cama dar.
Y siguieron corriendo,
dando saltos, patadas,
grandes brincos y golpes
y muy malas jugadas.
Yo dije: -NO me gusta
de la forma en que juegan.
¿Qué diría mamá
si en la casa estuviera!
Temblando dijo el pez:
-¡Ay, VEAN lo que pasa!
¡Ahí viene su mamá
de regreso a la casa!
¿Ahora qué dirá?
¿Qué será lo que hará
cuando vea esta casa
revuelta como está?
Dijo el pez: -¡Hagan algo!
¡Ya, rápido! ¿Qué esperan?
-¡La vi! ¡Vi a su mamá!
¡Su mamá está muy cerca!
Tan pronto como puedan
piensen qué van a hacer.
¡Cosa Uno y Cosa Dos:
a desaparecer!
Lo más pronto que pude
fui en busca de mi red
y sin duda pensé:
-Yo sé que con mi red
pronto a esas dos Cosas
yo mismo atraparé-.
¡PLOP!, y dejé caer
sin avisar mi red.
¡Y así a las dos Cosas
de una vez atrapé!
Entonces le hablé al gato:
-Harás los que te diga.
Agarra esas dos Cosas.
¡Sácalas enseguida!
-¿No les gustó mi juego?
¡Lo siento! -dijo el gato-.
Oh, vaya.
¡Qué mal rato!
¡Qué mal rato!
¡Qué mal rato!
Y encerró a las dos Cosas
en el rojo cajón.
Y se fue de la casa
con semblante tristón.
-¡Qué bien! -exclamó el pez-.
El gato ya se ha ido.
Mas al llegar mamá
verá lo que ha ocurrido:
¡Un reguero tan grande
y tan grande y tan hondo,
que va a ser imposible
que recojamos todo!
¡Y ENTONCES!
¿Quién estaba de vuelta?
Claro, el gato, que dijo:
-¡Yo lo recojo todo!
¡No teman a este lío!
Yo guardo mis juguetes.
Así es que...
ahora les mostraré
otro truco que sé.
Lo vimos recoger
lo que se había caído.
Recogió ese pastel,
el traje y el rastrillo,
aquel plato y los libros,
la taza, el abanico,
el barquito y e pez,
la leche y el cordón.
Con una reverencia
en cuanto terminó,
se quitó el sombrero
y así se despidió.
Cuando llegó mamá
nos preguntó a los dos:
-¿Se divirtieron mucho?
Cuéntenme qué pasó.
No supimos decirle
ni mi hermana ni yo.
¿Deberíamos contarle
todo lo que ocurrió?
Y, ahora, dime,
¿qué harías
si te pasa algo así?
¿Qué harías si TU mamá
te pregunta a TI?
Horror jaja, no, no me gusta =P
ResponderEliminarSaludos!
¡Buenas!
ResponderEliminarQué ingenioso XD Me ha resultado muy entretenido leerlo y creo que hay que tener mucho talento para escribir algo así. Me parece que nunca había leído a este famosísimo autor, aunque quiero leer más de él :]
Las travesuras también son parte de Hallowen, así que creo que le va bien al tema ;D
¡Saludillos! ♪