Joyland es una novela corta centrada en Devin quien consigue un trabajo de verano en un parque de atracciones como la persona disfrazada de mascota.. Se muda a una pensión ubicada en la costa y todos los días va caminando por la playa a su trabajo. En esos paseos matutinos conoce a Mike, un niño con una enfermedad terminal, y Annie, su madre. Además conoce muchas personas en su nuevo empleo, compañeros de trabajo y clientes agradecidos con su actuación.
La gente cree que el primer amor es dulce, y más aún cuando esa primera relación se rompe. […] Sin embargo, ese primer corazón roto es siempre el que más duele, el que más tarda en curarse, el que deja la cicatriz más visible. ¿Qué tiene eso de dulce?
A medida que pasa la historia Devin comienza a interesarse en la leyenda de un fantasma en una de las atracciones, donde una chica fue asesinada y el crimen quedó sin resolver. Devin comienza a investigar y trata de dar con el verdadero asesino para darle ayudar al fantasma.
El último momento bueno siempre llega y, cuando se vislumbra la oscuridad avanzando, sigilosamente hacia uno, te aferras a aquello que fue brillante y bueno. Te aferras como si tu vida dependiera de ello.
Es una historia fuera de lo común viniendo de King, pero aún así vale la pena. El realismo de las historias, el amor, un crimen, sospechas y pistas y algo (muy poco para mí) paranormal hacen que valga la pena su lectura, además de que es corta y de lectura rápida.
Por otro lado lo único que no me gustó fue la tapa del libro en edición española, habiendo tantas y tan representativas…
Sin embargo -esto es raro, he examinado y reexaminado mis recuerdos de aquellos días para cerciorarme de que se trata de uno verdadero, y parece que lo es-, la razón principal era que había sido nuestro Thomas Escéptico quien vio el fantasma de Linda Gray. Eso le había cambiado en pequeños aspectos aunque fundamentales. No creo que Tomquisiera cambiar -creo que era feliz tal como era-, pero yo si.Yo también quería verla.
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